El papa Francisco manifestó ayer “dolor” y “vergüenza” por el “daño irreparable” causado a algunos niños por sacerdotes pederastas, durante una visita a Chile empañada por protestas que dejaron medio centenar de detenidos.
“No puedo dejar de manifestar el dolor y la vergüenza que siento ante el daño irreparable causado a niños por parte de ministros de la Iglesia”, dijo el Papa en el palacio de La Moneda, donde fue recibido por la presidenta saliente, Michelle Bachelet, suscitando los aplausos de los asistentes.
Diez micros que transportaban a unas 600 personas arribaron a la terminal de ómnibus de Las Lajas para cruzar a Chile con motivo de la visita del Papa al país vecino, informó el gobierno de Neuquén.
El Centro de Operaciones de Emergencias (COE) de Neuquén, constituido en Las Lajas para asistir y acompañar a turistas, dijo en un comunicado que el lunes las aduanas de los pasos Cardenal Samoré, Hua Hum, Carirriñe, Mamuil Malal, Icalma, Pino Hachado y Pichachén operaron con normalidad, sin demoras ni afluencia masiva de vehículos.
Por otra parte, aseguró que el abastecimiento de combustible es normal en estaciones de las localidades de Zapala, Cutral Co, Las Lajas, Piedra del Águila, Junín de los Andes, San Martín de los Andes, Villa La Angostura y Villa Pehuenia.
Más tarde, en un encuentro con religiosos en la catedral de Santiago, los instó a tener “la valentía de pedir perdón”. “Sé que a veces han sufrido insultos en el metro o caminando por la calle; que ir vestido de cura en muchos lados se está pagando caro”, dijo el Papa, visiblemente preocupado por este asunto que no solo mancilla la imagen de la Iglesia sino que está produciendo una desconfianza galopante de los chilenos en la institución.En Chile, casi 80 religiosos abusaron de menores desde el 2000, según una lista distribuida la semana pasada por la ONG estadounidense Bishop Accountability.Uno de los casos más emblemáticos que marcaron a la sociedad chilena es el del sacerdote Fernando Karadima, denunciado en 2010 por varias víctimas y que el Vaticano condenó a retirarse “a una vida de oración y penitencia”.En los últimos días se ha intensificado la presión al pontífice, que prometió al inicio de su papado hace casi cinco años tolerancia cero con los abusos, para que se castigue a los culpables y a los encubridores.“Necesitamos actos concretos que el Papa no toma en la Iglesia chilena contra los abusadores”, dijo a la AFP Juan Carlos Claret, vocero de la asociación de laicos de Osorno, que lucha para que se expulse al obispo Juan Barros, señalado como encubridor del caso Karadima. “Si el Papa se va de Chile sin el compromiso de investigar la complicidad de los líderes de la Iglesia, la desconfianza en la Iglesia se va a agudizar”, advierte Anne Barrett Doyle, codirectora de BishopAccountability en un comunicado.
Tras concluir su primera jornada en Chile con un paseo en papamóvil por el centro de Santiago, donde le aguardaban decenas de centenares de personas bajo un sol de justicia, y un encuentro privado con sacerdotes de la Compañía de Jesús, su congregación, el Papa tiene previsto viajar hoy a Temuco, en el corazón de La Araucanía, que vive tensiones por las reivindicaciones de tierras ancestrales de grupos de mapuches.
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